
Depende de la zona y del precio. En general, si la oficina está bien ubicada y el precio es competitivo, puede venderse en unos pocos meses. Si está sobrevalorada o en un mercado más lento, el proceso puede alargarse. Lo importante es ajustar bien la estrategia desde el principio.
El mercado se mantiene activo, sobre todo en zonas con buena conexión y servicios. Las empresas siguen buscando espacios adaptables o con posibilidad de reconversión. Cada caso es diferente, por eso analizamos la situación antes de tomar la decisión.
La principal diferencia está en el tipo de comprador. En oficinas hablamos de inversores, empresas o autónomos, mientras que los pisos van dirigidos a familias o particulares. También cambia la fiscalidad y algunos requisitos legales.
Por supuesto. Ofrecemos un servicio gratuito de valoración para que el propietario conozca el precio real de su oficina antes de decidir si la pone a la venta. No hay ningún compromiso de exclusividad ni coste asociado.